La inversión en bienestar se ha convertido en una apuesta recurrente de la hotelería global para atraer a huéspedes dispuestos a pagar tarifas más altas. Sin embargo, nuevos estudios indican que el equilibrio entre ingresos y ganancias no siempre se logra. Según un análisis de RLA Global en colaboración con HotStats, basado en datos de más de 11 mil hoteles en todo el mundo, grandes estructuras de spa y wellness generan ingresos relevantes, pero no alcanzan la rentabilidad esperada, según Skift.
Los llamados “hoteles de bienestar mayoritarios” —aquellos con ingresos anuales superiores a US$ 1 millón en bienestar o cuya facturación depende en al menos 10% de estas amenidades— registraron en 2023 un crecimiento de solo 1% en el beneficio operativo bruto por habitación. En cambio, los establecimientos con operaciones wellness más modestas lograron un avance del 5% en este mismo indicador, incluso con ingresos más bajos.
Costos fijos y decisiones estratégicas
El gasto en nómina aparece como el principal obstáculo, ya que se trata de un costo esencialmente fijo y que exige profesionales altamente capacitados. “Se trata de un perfil que requiere formación continua”, afirma Gregory Miller, vicepresidente de Trui, consultora especializada en hospitalidad y ocio. La sofisticación de los equipos y la infraestructura también ejerce presión sobre los márgenes operativos.
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Aunque los hoteles enfocados en bienestar pueden presentar un RevPar hasta 35% superior al de las propiedades convencionales, los expertos destacan que la rentabilidad depende de una estrategia bien ajustada. “Muchas veces, el afán por diferenciarse lleva a los operadores a ofrecer experiencias que no se alinean con el perfil real de sus huéspedes o que requieren inversiones desproporcionadas”, advierte un análisis de la revista European Spa Magazine.
Las proyecciones del mercado indican que el turismo de bienestar superará el umbral de US$ 1 billón en 2025. Aun así, el estudio de RLA Global subraya que más ingresos no significan necesariamente más beneficios. La mayoría de las operaciones aún carecen de un modelo que equilibre propósito, demanda y estructura de costos.
Como solución, los especialistas recomiendan alinear la oferta de bienestar con las necesidades reales del huésped, evitar sobredimensionar amenidades y revisar periódicamente el retorno estratégico de estas iniciativas dentro del negocio hotelero.
(*) Crédito de la foto: Freepik