Ya sea en viajes de negocios o de ocio, los huéspedes esperan un nivel mínimo de seguridad al hospedarse en un hotel. Sentirse seguros y poder trabajar o relajarse sin preocupaciones contribuye a una experiencia positiva.
Al mismo tiempo, un sistema de seguridad eficaz refuerza la reputación de la marca y protege al hotel de pérdidas financieras o de imagen causadas por actividades delictivas, como robos, vandalismo o accesos no autorizados, señala Assa Abloy, que ha desarrollado una serie de soluciones de seguridad para hoteles en los últimos años.
La llave de la habitación es, en muchos aspectos, el punto de partida de la seguridad en un hotel, ya que restringe el acceso a zonas que deben permanecer privadas. Desde finales de la década de 1970, cuando las tradicionales llaves metálicas empezaron a ser sustituidas por tarjetas plásticas, este recurso ha dado acceso a diversas áreas además de las habitaciones, como estacionamientos, centros de bienestar, gimnasios, restaurantes y salas de reuniones.
Más recientemente, las tarjetas con banda magnética han sido reemplazadas por soluciones de proximidad. Además de ser más duraderas, son más fáciles de programar, funcionan bien en dispositivos móviles y son más difíciles de copiar. Aun así, las soluciones de proximidad siguen evolucionando, con nuevas arquitecturas que incorporan algoritmos criptográficos más avanzados y mayor flexibilidad en la configuración de permisos de acceso.
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Funcionalidades
Las funcionalidades más recientes protegen contra amenazas ya conocidas y también ofrecen seguridad con enfoque a largo plazo. Entre las características que los hoteleros deben considerar al elegir la próxima generación de llaves electrónicas, se encuentran:
- Autenticación AES: el estándar de cifrado avanzado, desarrollado por el Instituto Nacional de Estándares y Tecnología de Estados Unidos, es hoy la referencia para la protección de datos electrónicos. El uso de AES con llaves de 128 bits eleva la seguridad de las tarjetas RFID, ya que los mecanismos antiguos son vulnerables a herramientas ampliamente disponibles y fáciles de usar incluso por personas sin conocimientos técnicos.
- Protección selectiva de memoria: con algunas arquitecturas, es posible configurar diferentes niveles de restricción de acceso a la memoria de la tarjeta, incluso antes de la autenticación AES. Esta flexibilidad permite adaptar las tarjetas al perfil del huésped o del colaborador y a las necesidades de cada situación.
- Llaves diversificadas: el proceso de diversificación de llaves permite generar una llave única para cada tarjeta a partir de una llave maestra y datos específicos del chip. Así, si una llave se ve comprometida, el riesgo se limita solo a esa tarjeta, sin afectar el resto del sistema. Es esencial que esas llaves simétricas estén almacenadas de forma segura tanto en la tarjeta como en el lector, ya que la protección solo será efectiva si todos los puntos son igualmente seguros.
- Protección por CMAC: el código de autenticación de mensajes basado en cifrado es una opción para garantizar la integridad de la comunicación entre la tarjeta y el lector vía radiofrecuencia. Al utilizar este recurso, los datos transmitidos sobre permisos de acceso no pueden ser alterados o interceptados sin que se detecte la falla.
- Recurso de fallo de autenticación: otra funcionalidad es el límite de intentos de autenticación fallidos. Tras un número máximo de errores, la tarjeta rechaza cualquier nuevo intento, lo que evita ataques de prueba y error para descubrir las llaves criptográficas.
- ID aleatorio: para aplicaciones que involucran datos sensibles del portador, es posible configurar el chip para que use una ID aleatoria de 4 bytes en lugar de la ID única de 7 bytes. Esto dificulta el rastreo y contribuye a la protección de la privacidad del huésped.