martes, 4/noviembre
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Ananay abrirá un nuevo hotel boutique en Barranco

El grupo peruano Ananay, que ya cuenta con cinco hoteles en su portafolio, acaba de adquirir una nueva casona en el distrito de Barranco, en Lima, con el objetivo de inaugurar un nuevo establecimiento dentro de aproximadamente un año.
Con este proyecto, el grupo, cuyo nombre es una palabra quechua que significa “qué bonito”, continúa consolidándose como una empresa especializada en identificar edificios históricos, restaurarlos y transformarlos en hoteles únicos dentro de la categoría boutique, con el valor añadido de la sostenibilidad.

La sostenibilidad, pilar de actuación
“La sostenibilidad está en nuestro ADN”, explica Patricio Zucconi, director y uno de los fundadores de la empresa. Señala que, más que una palabra de moda, la sostenibilidad es uno de los pilares del grupo, que trabaja en la preservación de edificios históricos, contrata mano de obra de artesanos locales en los procesos de restauración y se abastece únicamente de productores peruanos en el área de A&B (alimentos y bebidas) — como los vinos, piscos, cervezas y destilados que se sirven en los hoteles.

Joya barranquina será inaugurada en 2026
El inmueble más reciente adquirido por los cuatro socios de Ananay es una doble joya: construido en 1900 en estilo Belle Époque, al igual que muchas de las antiguas mansiones de veraneo de familias limeñas, fue hasta hace poco tiempo la oficina y estudio del reconocido fotógrafo peruano Mario Testino.


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Además de su historia especial, la casona está situada en una zona igualmente privilegiada: la avenida Pedro de Osma, donde también se encuentra el restaurante Central, símbolo de la alta gastronomía y de la excelencia en hospitalidad de la capital peruana.

Con la transacción concretada hace unas dos semanas, la propiedad pasa ahora a manos del estudio de arquitectura encargado del proceso de restauración — un trabajo minucioso de investigación y selección de artesanos capaces de devolver la vida a los azulejos, pisos, molduras y techos, entre otros detalles que preserven la arquitectura original de la época, además de adaptar los espacios a las necesidades actuales.

El nuevo hotel contará con 10 suites, y el mayor desafío será la implementación de los baños —en un número mucho mayor al original— que, al igual que en los demás hoteles de la marca, se “encajan” cuidadosamente para no interferir en las paredes originales de los edificios.

Suite del Palacio Guaqui, hotel boutique de Arequipa.

El futuro hotel barranquino se sumará al Villa Barranco, en el mismo distrito, además de tres propiedades en Cusco y otra en Arequipa, inaugurada exactamente hace un año.

Origen del grupo y futuro
Nacido en la antigua capital del imperio inca, el grupo Ananay inauguró su primer hotel, el Palacio Manco Cápac, en 2014, tras una restauración que duró tres años e incluyó un largo proceso de autorizaciones ante el Ministerio de Cultura, por tratarse de un edificio considerado patrimonio arquitectónico y cultural.
Con una trayectoria de más de 15 años en la cadena Belmond — incluidos seis años en el único hotel ubicado a los pies de Machu Picchu, el Belmond Sanctuary Lodge— Zucconi define el trabajo que realizan en Ananay como “hotel con alma”, destacando siempre al equipo de 70 personas que trabaja en los cinco hoteles del grupo.
En poco más de diez años de existencia, la empresa ha logrado imponer un estilo propio de hospitalidad, y ya adelanta que los planes futuros no contemplan expansión fuera del Perú. “Somos peruanos y nos sentimos cómodos y satisfechos con el trabajo que hemos realizado aquí”, añade Zucconi.

Perfil de los huéspedes y estrategia comercial
Con una estrategia low profile en la promoción de sus establecimientos, Ananay trabaja principalmente con agencias de viajes especializadas en el segmento de lujo, además de las ventas directas y las OTAs —plataformas de reserva en línea como Booking o Expedia.
La participación en ferias de turismo especializadas en América Latina también ha dado buenos resultados en la promoción de los hoteles ante agentes del continente. “Nos dimos cuenta de que vale más la pena estar presentes en ferias más segmentadas que invertir en grandes eventos en Europa, donde la competencia entre destinos es mucho más amplia”, explica Zucconi.

Más del 90% de la ocupación de los hoteles corresponde a huéspedes extranjeros, mientras que el público nacional representa el porcentaje restante, especialmente en las unidades de Cusco. En la propiedad limeña, el índice de visitantes internacionales es aún mayor: 98%, y el 2% restante corresponde a peruanos que eligen el lugar para ocasiones especiales, como el día de su boda.

Entre las nacionalidades que más se hospedan en los hoteles Ananay se encuentran estadounidenses, británicos y franceses, que continúan representando la mayoría de los viajeros atraídos por los diferenciales de la marca, que además de alojamiento ofrece experiencias que exaltan la cultura peruana.

Imágenes: Divulgación